lunes, 11 de agosto de 2008

Proyecto Internacional Stop malaria

Pobreza, hambre, enfermedades, guerras, terrorismo, explotación, conflictos entre culturas, discriminación, trastornos medioambientales, pero también soledad, desesperanza, inseguridad... todo esto tiene su raíz en el sistema actual, inhumano y violento. Lo que queremos decir es que una organización social entera basada en el abuso, el frenesí por la acumulación de bienes, en la practica legitima de la violencia para obtener beneficios particulares, no puede dar mas que estos resultados. Entonces seria ingenuo pensar en evolucionar hacia un mundo mejor a través de reformas precisas que no transforma radicalmente la estructura del actual sistema de valores y la entera organización social y económica. Este sistema no es “mejorable”, no es “perfeccionable”. Es simplemente erróneo.
No hay ningún partido, ninguna organización, ninguna religión que pueda en sì misma efectuar esta transformación. No es preciso esperar a que la solución llegue de otros.

Sólo los pueblos pueden dar soluciones a los problemas de los pueblos. La sola posibilidad es que las personas se hagan cargo considerando el cambio y comenzando a organizarse y a actuar en primera persona, partiendo de sus entornos cotidianos e inmediatos para desarrollar la acción hasta los límites de sus posibilidades.

Hoy en día hay muchas personas y organizaciones que actúan de buena fe en diferentes actividades sociales, pero estas no ponen en duda verdaderamente el actual sistema de valores. Estas acciones no pueden llevar a ninguna transformación significativa y, en algunos casos dependen del mantenimiento del actual sistema de poder.

Incluso las actividades organizadas por nosotros no podrían conducir a la transformación deseada, si no formaran parte de un proyecto de no-violencia y transformación social global y personal (la del Nuevo Humanismo - movimiento humanista) que ponga en marcha, al mismo tiempo, actividades en todos los campos significativos de la acción humana. Todas las actividades deben ser acompañadas por la denuncia valerosa de cada violación de los derechos del hombre y por una acción permanente de presión sobre las instituciones para obtener su ejecución. Así, poco a poco, hasta formar una gran fuerza social capaz de construir un mundo finalmente humano. Un mundo donde cada persona, por la sola razón de haber nacido, sea reconocido y vea respetado sus derechos fundamentales a la salud, a la educación, a las mismas oportunidades, a una vida digna. Pero también a la felicidad y a la plenitud de su existencia.

La campaña para la no-violencia y la lucha contra el paludismo no es más que un primer paso hacia la humanización. A través de esta campaña, aspiramos a formar la base de un Movimiento social capaz de dar una dirección positiva a los acontecimientos.


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