lunes, 26 de noviembre de 2007

¿Por qué hablar del conflicto palestino-israelí?

¿Por qué existe la necesidad de hablar de un conflicto como el Árabe-israelí?

Sobre eso los medios informativos escriben casi cotidianamente, enseñando imágenes y enumerando datos sobre lugares, víctimas en combates, pero entregando solo un boletín de guerra con resignación, como que la violencia es algo naturalmente propio a estos lugares y que está en el ADN de la gente.

Si estamos de acuerdo con el ramo de la psicología que piensa que el instinto no existe y que todo es aprendizaje (conocimiento), podemos decir que la violencia se aprende exactamente como todas las otras actitudes mentales, a través de la imitación de modelos que la sociedad, en la cual una persona vive, propone.

Si empezamos a partir de esta idea, podemos pensar que este conflicto puede realmente encontrar una solución, a través de la difusión de una cultura de la no-violencia, que sea un nuevo modelo para las nuevas generaciones. Todo eso no es posible si prescindimos de dos cosas muy importantes: la justicia y la equidad. Además no hay justicia y equidad sin conocimiento.

Entender entonces hoy día este conflicto y poder pensar que una solución es posible, es muy difícil si no se conocen las raíces históricas, y la tele, con sus tiempos rápidos e inmediatos, ofrece una información sólo del presente, “pinta” sólo fotografías instantáneas que impiden al observador externo el conocimiento profundo de lo que ocurre y sobra todo comprender las razones por las cuales esto pasa.

Esta guerra tienes raíces profundas…tenemos que mirar a fines del siglo XIX cuando Palestina formaba parte del imperio Otomano y allí vivían juntos en paz judíos y árabes; Palestinos musulmanes convivían con Palestinos cristianos y con judíos religiosos definidos luego como “otomanos” para distinguirlos de los judíos que llegaban desde Europa, cada día mas numerosos. Es en esta época que nace el proyecto judío, que tiene como objetivo de poner fin a la diáspora de hace siglos, causada por las numerosas persecuciones, y crear una nación judía que favoreciera el regreso a la tierra prometida. La ideología y el movimiento que pretenden recobrar el territorio de Palestina y formar un estado independiente se llama sionista (desde el monte de Sion) y ha sido fundado por Theodor Herzl de manera oficial en el año 1880.

El proyecto de crear un lugar para los judíos diseminados por todo el mundo sin su propia voluntad, no tenía de verdad nada de absurdo. Cada pueblo, aún, prefiere vivir con su gente, con su cultura e ideología; no sé si para compartir valores y encontrar solidaridad, o si para evitar conflictos, para no confrontarse con los demás, para no mezclarse con culturas que se piensa que son de menor valor. De todas formas, la idea de una nación humana universal es todavía hoy día una aspiración de poca gente.

Hoy tenemos sólo una aparente integración entre las culturas y un verdadero entendimiento entre ellas. La mayoría de las veces lo que parece integración es sólo la fuerza de la multinacional la “company”. Todos bebemos Coca-Cola y nos gustaría vestir Prada pero casi es sólo eso.

Volviendo a hablar del proyecto sionista, había muchas propuestas de donde fundar un estado israelí, la Pampa Argentina, el Ogaden en Kenya, en Uganda, lugares no poblados, pero, el fuerte sentimiento religioso judío de volver a la tierra prometida había dejado estas opciones de lado. Aunque la historia había cambiado de manera radical la demografía de este lugar. Todos los esfuerzos para encontrar apoyos financieros y políticos fueron dirigidos hacia Palestina.

To be continued…

Por Silvia Cosseddu

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